Iluminación directa e indirecta

Iluminación directa e indirecta

La iluminación directa e indirecta son fundamentales para convertir tus espacios en sitios acogedores y funcionales; por ello es necesario que conozcas sus particularidades y así conseguir usarlas de forma adecuada.

 

Parámetros como la temperatura del color de la luz, su cantidad, el tipo de luminaria, y emplear la emisión de forma directa o indirecta es fundamental para acertar en tu elección. Por todo ello debes conocer lo siguiente.

 

La iluminación directa genera un foco de proyección que incide directamente sobre los objetos o zonas iluminadas, sin embargo la luz indirecta proyecta su iluminación de forma reflejada en distintas zonas generando una luz más difusa y tan focalizada. Esta característica es vital para tener claro que con la luz directa conseguirás iluminar zonas u objetos de forma puntual realzando éstos, sin embargo con la luz indirecta se consigue la iluminación de espacios de forma más homogénea.

 

Teniendo en cuenta esos principios básicos es aconsejable la iluminación directa en aquellos lugares donde necesites  gran cantidad de luz como en cocinas, baños, zonas de estudio o lectura, o bien si quieres resaltar elementos decorativos como cuadros.

 

La iluminación indirecta es más aconsejable emplearla en espacios en los que se requiere una buena iluminación general, por tanto, has de prever su uso en salones, dormitorios, pasillos y halls.

 

Con la iluminación indirecta consigues una luz lo más parecida a la luz natural, eso si, no se te olvide combinarla con colores claros en paredes y techos, pues, esta luz debe ser rebotada en estos elementos para conseguir una correcta iluminación de los espacios.